FRATO

(ENTRADA 5)


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Quiero creer que cada vez nos alejamos más de esta imagen a la que  Francesco Tonucci llamó "La máquina de la escuela". A través de ella quiso criticar el sistema educativo que había en su época.

Vemos como a la escuela entran niñas y niños de todo tipo, diferentes entre sí, sin embargo cuando salen de ella son todos iguales, homogéneos y aquellos que no pueden llegar al nivel fijado son desechados como "residuos".

Tenemos que tener en cuenta que cada persona es diferente, cada persona tiene sus propias características y es un individuo único e irrepetible. A través de la escuela debemos intentar que las niñas y los niños desarrollen al máximo sus potencialidades, y esto no es posible si llevamos a cabo una educación sin considerar la gran heterogeneidad que hay nuestras aulas.

 Lo que no podemos hacer es "desechar" a una niña o a un niño porque no aprende como nosotros queremos o con las herramientas que nosotros deseamos. Cada niña y cada niño, aprende de forma diferente, nuestra labor como docentes, es ofrecerles diferentes herramientas para poder llevar a cabo con éxito el proceso de enseñanza-aprendizaje. 

Parece que vamos en la buena dirección ya que hoy en día, en ciertas etapas educativas, se lleva a cabo una enseñanza personalizada, teniendo en cuenta las características de todo el alumnado y no aquellas que son fijadas por "la norma general". En los últimos años la atención a la diversidad se ha ido colando en los centros educativos, intentando alcanzar la educación inclusiva, si bien es cierto que cada día que pasa avanzamos un paso hacia delante,todavía nos queda mucho camino por recorrer.

En conclusión, la heterogeneidad del alumnado debería estar presente tanto en la entrada como en la salida de la escuela, pero con una diferencia, que al terminar la escuela cada alumna y cada alumno ha alcanzado el éxito del aprendizaje ya que se le han facilitado las herramientas adecuadas acordes a sus necesidades.